sábado, 19 de mayo de 2012

Entrevista radio: dos en una

El pasado lunes, día 14 de los corrientes, fui entrevistada en Inter Radio Tenerife por mi amigo, el cantante canario, Pel Páez en su programa llamado Vivencias de una época.
Charlamos de todo un poco y, entre otras cosas, casi al finalizar, hablamos de Perlas de Luna..., de cómo alguno de aquellos poemas los escribí para ser convertidos en canciones... Antes de acabar la entrevista leí uno de los que compuse para tal fin.
Fueron unos minutos de radio entretenidos, inesperados, que agradezco de todo corazón porque es dar alas a esas Perlas que están encerradas entre las tapas de un libro y necesitan llegar, si eso es posible, hasta la luna...
Y, bueno, no solo agradezco esta invitación a entrar en antena por el libro, sino por la charla, el encuentro y por el cariño con el me sentí tratada. 



Por otra parte, ayer viernes -18 de mayo- también hablé por la radio de Perlas de Luna, en Onda Latina (la emisora en la que colaboro cada viernes de 12 a 13 horas del medio día). Hablé del libro, de la Jam Session -algo que ya hice la semana pasada pero, por esas cosas, por los diablillos de Internet, la parte de la emisión que corresponde a cultura, no se grabó, así que esa hora quedó perdida en el espacio, por lo que me vi obligada ayer a repetir una serie de artículos, poemas y trabajos que pertenecían a la semana anterior-.
Esta vez parece que todo salió a pedir de boca, así que el programa lo podéis escuchar en diferido mañana domingo, día 20, de 10 a 12 de la mañana (hora de Madrid-España) o, el próximo miércoles 23 de mayo de 6 a 8 de la tarde (siempre en horario de Madrid).
Para los radioyentes de la capital pueden sintonizarnos en el 87.6 de la F.M. y, los que nos escuchan desde fuera de Madrid, provincias y extranjero, pueden hacerlo en este enlace:




En cuanto me sea posible trataré de subir las dos entrevistas a You Tube y, más tarde, las publicaré en este blog. 
Gracias por vuestra atención, espero que me leáis y, si adquirís el libro, me encantará saber de vosotros, que me enviéis vuestros comentarios y fotos con el poemario -es una manera de conocerse lector y autora-.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Daniel Dragomirescu: comentario de la obra

JUANA CASTILLO, UNA POETA DEL COMPROMISO ESTETICO Y MORAL

Juana Castillo Escobar es por excelencia una poeta de la vida contemporánea. Su creación es una radiografía del alma, de los sentimientos delicados que representan la esencia de nuestra humanidad y también es la expresión de una conciencia llena de generosidad en la mejor tradición humanista de la civilización europea.
Daniel Dragomirescu - Rumanía
Su poemario Perlas de Luna (un título romántico) ofrece al lector los resultados de una actividad poética constante y de buena inspiración. Lo que es evidente, leyendo este poemario, es que la autora tiene un ars poética claro, de inspiración modernista y clásica al mismo tiempo, y una perspectiva también muy clara sobre la vida y la condición humana en general y en particular.  Juana Castillo escribe una poesía temática y programática. Uno de los temas dominantes es el amor, hipostasiado con sensibilidad y talento en los trece textos reunidos en el ciclo “Poemas de amor”. Este ciclo comienza con un poema dedicado a las manos en la multitud de sus significados, “Manos amantes que acarician (...) / “Manos orantes (...) / “Manos de madre, de infante” (...) –una similitud con un poema incluido en el libro “Cântare omului”/”Canto del hombre” por el gran poeta rumano Tudor Arghezi (1880-1967).
Una verdadera “perla de luna” es sin duda el poema Me han dicho, un poema sobre la universalidad de la feminidad, que tiene una evidente expresividad encantadora de origen órfica: “Me han dicho / que no me quieres/porque mi piel es morena” (...) El poema-título (“Perlas de luna”) es un poema de la metáfora, como una técnica de creación poética modernista, en el nombre de la sensibilidad y de la compasión humana: “La niña llora en silencio / su soledad infinita”.
La segunda parte del libro (Poemas dedicados a...) reúne 11 textos poéticos en una composición unitaria con dedicación (en un sentido no individual o personal, sino en un sentido simbólico, genérico y humanista): A la esperanza macarena, La mar océana, La ilusión del tiempo, Nuestra Tierra... son algunos títulos sugestivos, delineando un universo poético del aprecio y de la gratitud y también de una actitud critica necesaria en un mundo lleno de disparidades por la organización social deficitaria o por la imperfección de nuestra natura humana: “Nuestra Tierra,/ Madre y madrastra (...) // Nuestra Tierra / que no es nuestra / debemos preservarla (...)”.
El tercer compartimiento temático importante –Poemas de dolor y denuncia– es la parte más programática del poemario de Juana Castillo, una prueba elocuente de su arte poética de inspiración humanista e incluye textos de una generosa diversidad temática: la infancia  desfavorecida en los países del eterno Tercer Mundo (¿Infancia feliz?), la denuncia de la guerra y la delimitación clara de los lideres políticos responsables (No en mi nombre), la emancipación femenina en la sociedad de hoy, presentada en una tonalidad sagrada de Nuevo Testamento (¡Levántate y anda!), la denuncia del militarismo contemporáneo (La bota de la muerte), variación sobre el tema de un muy bien conocido poema de Paul Eluard (dedicado a la ciudad de París del tiempo de la ocupación alemana). Por supuesto, la autora no se olvida al deplorar, más allá de las tragedias provocadas por el hombre, los desastres naturales, otra causa de los sufrimientos humanos, como en La furia de la Tierra, un poema acompañado –por la gracia de la autora– por la versión rumana, publicada en 2011 en nuestra revista multicultural (Horizonte literario contemporáneo): “... La Tierra, esa madre Tierra, / A la que no respetamos / Se revuelve furiosa por ver si razonamos...” (p. 78).
Autora también de relatos –como por ejemplo Liosha, un caballo de campo en la capital (publicado en HLC) o incluidos en la antología La Geniecilla de las historias, Madrid, 2007- , diligente animadora cultural y editora inspirada de la revista digital “Pluma y Tintero”, colaboradora prodigiosa y prestigiosa de nuestra HLC y de Radio “Diferente” Madrid, con contribuciones culturales y literarias en su emisora “Onda latina”, Juana Castillo ofrece al lector contemporáneo un poemario representativo por su vocación y sus disponibilidades de creación poética. En la buena tradición poética europea y española del siglo anterior, sus poemas son una combinación apropiada entre una dimensión ética y otra de orden estética y merecen recibir un saludo cordial de parte del lector.
12 de Mayo de 2012
Versión español: Daniel Dragomirescu
Correctora: Leticia Garriga (México)

Nota de la autora.- Agradezco, de corazón, a Daniel Dragomirescu, redactor jefe de la revista rumana Horizont Literar Contemporan, este comentario-ensayo que debería formar parte del libro, como segundo prólogo o un hermoso epílogo. Gracias, Daniel, por leer mis poemas y por este mensaje que me ayuda a continuar con este trabajo tan solitario, impagado -en el sentido de, a veces, desprestigiado- pero, ¡tan hermoso...!

sábado, 12 de mayo de 2012

Memoria de una Jam Session inolvidable

El pasado viernes día 4 de mayo de 2012 tuvo lugar la Jam Session Poética en La CABA (La Casa Autogestionada del Barrio de Aluche). Era mi primera Jam. Imaginaba, más o menos, cómo sería pero… ¡Fue mucho mejor de lo que me figuré!
Nos reunimos unas cuantas personas, todas, indudablemente, amantes de la literatura en general y de la poesía en particular, género que los allí citados compartíamos.

         El salón, grande, más hubiera parecido la cantina de un bar de pueblo que otra cosa, pero Isa, integrante de La CABA y vinculada al grupo poético, arregló los sillones en círculo; colocó sillas entre los huecos que quedaban entre estos; cubrió con manteles que parecían vistosos mantones de Manila las mesas; dejó encendidas un par de luces a cada lado de la sala y, el resto de la iluminación corrió a cargo de velas encendidas, grandes y pequeñas, diseminadas por todas las mesitas…, había música de fondo. El tosco salón se había transfigurado en un recinto distinto por completo.

Empezamos algo más tarde de la hora programada, fue una tarde noche horrible, llovió con fuerza, tronó, relampagueó… Hizo frío. Algunos de los contertulios llegaron tan mojados que no les quedó más remedio que cambiarse de pantalones allí mismo, y menos mal que tienen una especie de “mercadillo” de ropa de segunda mano. Cuando ya todo estuvo en calma, al menos en aquella estancia ya no supimos si llovía, tronaba o caía granizo.

Después de acordar cuál sería el orden a seguir, se dio paso a la presentación de mi libro de poemas, Perlas de Luna. Fue una presentación muy sui generis, no tuvo nada que ver con las que acostumbro a asistir: mesa en tarima, anuncio del libro a presentar, tres o cuatro personas sobre la tarima que hablan de la obra, del autor, que leen, etc. etc. NO, nada de eso. Se preguntó en voz alta que quién tomaría la palabra y cómo sería la puesta en marcha. Alguien tomó las riendas y comenzó: leyó mi biobibliografía, la que aparece en la solapa de la cubierta del libro. De ahí, otro me formuló una pregunta a la que respondí.

         Quien leyó mi biografía me pidió que recitara una serie de poemas de los publicados. En contra de todo pronóstico, lo hice con voz clara, fuerte y, aparentemente, sin nervios.

         Después, el libro fue rodando de mano en mano (unas semanas antes dejé un ejemplar en La CABA para que lo vieran, para que, si al final me permitían “presentarlo” allí, conocieran al menos su temática y me conocieran a mí): cada uno de los allí presentes recitó el/los poemas que más les gustaron o que más les llamaron la atención. En los intervalos, surgían nuevas preguntas. Una de ellas, que transcribo, fue más o menos:

- ¿Qué sientes al decir que eres poeta?

Le respondí la verdad:

- Vergüenza.

- ¿Vergüenza?

- Sí, mucha vergüenza.

- Entonces. ¿cómo es que has publicado este libro tan hermoso?

- Siempre he querido publicar algo en solitario. Siempre pensé que sería un libro de relatos pero, al final, salió uno de poemas. Lo que sí he de decir es que hasta el año 2004 solo sabían de esta afición mi marido, mi hija y dos buenas amigas, pero ese año, cuando regresábamos a Madrid, después de unos días de vacaciones, al despedirnos del cantante del hotel en el que nos hospedábamos dijo que ese año se iba a dedicar a componer. Ni lo pensé, porque si lo pienso no lo digo, es más, me sentí como si hubiera salido de mi cuerpo y me escuchase diciendo: “Pues a mí me encanta escribir poesías”. Una vez dicho imposible volverse atrás… Y, bueno, a partir de ahí es cuando puedo decir que se “rompió” el secreto. Los poemas nunca se convirtieron en canciones, pero sí en libro, ya ves. De hecho notarás que algunos son pegadizos e, incluso, se “escucha” una voz masculina dirigiéndose a la protagonista, eso es porque, en un principio estaban escritos en femenino; cuando los iba a llevar al registro pensé: “Vaya, si estos poemas los va a cantar un hombre tengo que cambiarlos de género”, y vuelta a corregir. Por eso ciertos poemas “suenan en masculino”.

         La reunión fue distendida.

         Nos dieron más de las once de la noche, los demás también tenían que leer sus poemas y comentarlos.

         Se propuso escribir en aquel mismo momento, casi en menos de cinco minutos, un poema con las palabras: “Contrito, perlas y hongo” –las dos primeras sacadas de dos de mis poemas, la tercera de uno de los poemas de Isa-.

    Yo escribí esto:



I


Contrito por tu adiós,

sentado entre los hongos,

aluciné:

al mirar al cielo

vi perlas



II


Contrita y sin rumbo

caminé por la playa

brillaban perlas sobre la arena.

¡Aquellos hongos…!


Y, dos días después, cuando pasé a limpio ambos poemas, me recordó a “Alicia en El País de las Maravillas”, con sus andanzas y sus hongos alucinógenos.

Lamento haberme extendido tanto contando esta Jam Session, pero lo pasé tan bien, me sentí tan cómoda… Eso por un lado. Por otro, para mí aquello fue como esas reuniones que se representan en los cuadros, o en el cine; aquellas que tenían lugar en los siglos XVII, XVIII, XIX y principios del veinte, aunque menos. Mejor me quedo con aquellos salones del siglo XVII donde se escuchaba música, y se leían poemas, se hablaba de política, de amor, en fin, de la vida. En aquella época no había ni cámara de fotos, ni vídeos, ni teléfonos móviles (que hacen el mismo apaño que los dos anteriores), por eso no queda noticia gráfica de este encuentro. Romper el encanto del mismo, con alguien paseando por entre los contertulios, cámara en mano, hubiera roto todo el encanto. Que me hubiera gustado guardar una imagen de ese momento, sí, pero el recuerdo creo que se mantendrá vivo e imborrable. Al menos para eso lo he escrito: para compartirlo y, sobre todo, para recordarlo en un futuro.


Juana Castillo Escobar
Madrid, 12 de mayo de 2012


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